martes, 8 de febrero de 2011

   
Mientras la comitiva parlamentaria realizaba ayer su recorrido por las instalaciones hospitalarias, una joven paciente rompía una de las ventanas de su habitación del Psiquiátrico de Toén. "Cada mes reponemos una media de doce ventanas rotas, varios grifos arrancados de cuajo y cuando tienen uno de esos brotes, los peores son siempre en primavera, de una patada pueden hasta arrancar una taza de váter, y eso que tienen una sujeción especial", explicaba ayer uno de los veteranos del equipo de mantenimiento del Hospital Toén.
La seguridad es, por tanto, uno de los requisitos fundamentales de un centro psiquiátrico y, según el jefe de psiquiatría del CHOU, Ignacio Gómez Reino "Toén no la tiene". La nueva política de salud mental no admite tampoco rejas en las ventanas, ni los pasillos en "L"; exige puertas blindadas en las habitaciones y un tipo de gres especial en los azulejos del baño, resumió Gómez Reino, abriendo un poco de luz sobre las carencias técnicas que urgen el traslado.
Pero para los trabajadores de este centro Hospitalario, 117 en la actualidad para una media de 60 pacientes, esta es "una operación más de ahorro de la Xunta, que se gestó hace unos dos años y que se ha ido materializando con el traslado de pacientes a otros centros privados y fundaciones". Centros privados que, según la misma fuente del comité de empresa, doblan el coste de una cama en Toén

1 comentario:

  1. o equipo de mantenemento???? ten coña o nome...visto o que vimos

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